Uña del diablo, una planta para calmar los dolores

El nombre científico de la popular planta Uña del Diablo es Harpagophytum procumbens. Además, en algunos países también se la denomina Planta de Gancho, debido a las espinas con que protege su fruto de los animales.

La Uña del Diablo es originaria de Sudáfrica, se puede encontrar en Namibia y Botsuana. Se caracteriza por ser leñosa y estar recubierta de espinas. Llega a medir 1,5 metros de longitud, sus hojas crecen en sentido opuesto y el color de sus flores varía de rojo a púrpura, aunque en la base de la flor se puede observar una ligera tonalidad amarilla.

Lo más destacado de la planta es su fruto en forma ovalada y protegido por dos espinas de hasta siete centímetros. Esta planta tiene como compuesto activo el procumbido, que cuenta con un alto valor farmacéutico.

Harpagophytum procumbens

En la medicina natural, sus raíces y tubérculos son cortados y secados al sol durante tres días, y de ellos se extrae un polvillo que ayuda a mejorar salud.

Propiedades curativas de la Uña del Diablo

Dolores: A esta poderosa planta se le atribuyen propiedades analgésicas para los dolores de cuello, hombros y espalda, artritis, osteartritis y tendinitis.

Propiedades dermatológicas: En el mercado existen cremas a base de Uña del Diablo para tratar úlceras, lesiones, forúnculos y llagas. Se le atribuyen propiedades cicatrizantes y astringentes.

Por otra parte, hay indicios de que las tribus indígenas la utilizaban para curar la fiebre y atenuar los síntomas propios de la malaria, y se cree que también la usaban para dolores en los riñones y el hígado. Además, los primeros pobladores descubrieron sus beneficios para regular la menstruación de la mujer y ayudar a hacer más rápida la labor del parto.

El consumo de la Uña del Diablo no debe mantenerse durante más de un año.

Si quieres conocer más detalles sobre el uso de esta planta te invitamos a leer nuestra infografía en nuestro sitio principal.

Efectos negativos asociados a la planta

La Uña del Diablo proporciona bienestar para algunas dolencias, pero está contraindicada en otros casos, en los que los efectos secundarios no son nada agradables.

El uso de las propiedades de esta planta no debe superar un año, puesto que pueden empezar a producirse diarreas, náuseas, migrañas, dolor abdominal, zumbido en los oídos, pérdida de apetito y algunas alergias.

Las mujeres embarazadas también deben evitar su consumo, pues se le atribuyen posibles daños en el feto y genera contracciones uterinas.

Quienes padecen diabetes y mantienen tratamientos farmacológicos también deben evitar consumirla, debido a que es potente para disminuir el azúcar en la sangre y se combina con las medicinas comunes, lo que puede ocasionar que la glucosa llegue a niveles muy bajos.

Además, deben poner un especial cuidado en su consumo las personas que sufren dolencias relacionadas con el corazón, ya que afecta la frecuencia cardíaca.